02; 【Reiner & The Boys】
02
Pedido hecho por: LxnxLxvxsKwxn
AU Moderno, fluff y comedia
Esto ha sido todo un reto para mí... Al final creo que no me quedó tan bien JAJA.
¡Disfruten!
Una Berlín ajetreada se movía bajo el sol de media tarde, los autos con sus bocinas creaban una sinfonía descontrolada, que acompañaba el andar de los peatones en notas dispares, desde el tacón del zapato de una dama, hasta la pequeña campana de una bicicleta. Toda aquella entropía era lo que algunos llamaban hogar.
Doblando en la esquina de boulevard, donde la calle pasa a ser una pequeña vereda, la no muy amena conversación de dos individuos se deja oír ente susurros molestos, y uno que orto bufido.
—¿Me llevas a comer pizza...? —cuestionó Gabi mientras iba caminando de la mano de su primo, aquel rubio había conseguido por fin un trabajo estable y la castaña no dudó en empezar a pedirle de todo lo se le antojase.
—No, no tengo dinero...—respondió Reiner al tiempo que le veía de do reojo, para nadie era un secreto que esa niña eran sus ojos, pero estaba quebrado económicamente.
—Vamos, Rei... No seas tacaño—gruñó la menor mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho haciendo un berrinche, dejo escapar un ruido con la lengua muy parecido a una flatulencia.
—No hagas eso, es asqueroso—regañó el mayor dándole una mirada fiera desde su posición, no entendía a que se debían esos repentinos ataques de groserías.
—A-bu-rri-do...—dijo ella bufando con frustración—. Estoy segura de que, si Bertholdt te lo pedía, tú saldrías corriendo y le comprarías hasta diez cajas de pizzas y un perrito...—murmuró entre dientes, pero, lo suficientemente alto para que su primo la oyese.
—¿Q-qué dijiste, niña? — espetó el de fanales ambarinos rechinando la mandíbula, a la vez que su rostro adquiría un muy escandaloso carmín, que intentó ocultar fallidamente.
—Le diré a mi tía Karina que andas detrás de los huesitos de Berth...—dijo ella en un muy claro tono chantajista, Gabi era la maestra de la estafa, con esos ojos enormes podía controlar a Reiner.
—Ni se te ocurra abrir la boca niñita—gruñó el de fanales mieles, definitivamente estaba acorralado.
—Entonces llévame a comer pizza—contrapuso la castaña, era una chica de negocios. Porque el que no arriesga no gana.
Reiner dejó escapar un gran suspiro, se llevó una mano a sus rubios cabellos, como intentando arrancarlos de raíz, era bastante frustrante sentirse manipulado por una niña, sin embargo, era la niña de sus ojos y debía cumplir sus caprichos.
—Bien, vamos este viernes..., ¿ok? —propuso Braun mientras presionaba el puente de su nariz, hacer tratos con Gabi era como hacer un pacto con el diablo.
Por su parte la menor esbozó una enorme sonrisa, dejando ver sus dientes a diestro y siniestro, ella sabía lo que venía después.... Iba a exprimirle hasta el último centavo.
Los días habían pasado mientas Gabi contaba cada segundo que hacía falta para llegar a la hora cero, y, cuando el reloj marcó las cuatro en punto, salió de la casa en carrera siendo seguida por Falco, Udo y Zofia, en cuanto la vieron salir supieron que era el momento.
Aquel cuarteto llegó entre trotes a la parada de autobuses que Reiner solía frecuentar al salir del trabajo, estaban emocionados dando saltos por todos lados. Y como si de un hechizo se tratase, el rubio venía como un perrito siendo llamado por su amo, sin embargo, frunció el ceño al notar que Gabi no estaba sola. Definitivamente sería una tarde muy larga.
—¡Rei! —exclamó la menor mientras corría hasta la posición de su primo—. Vamos se nos hace tarde...—dijo ella tomándole de la mano y empezando a correr hacia los chicos.
Y Reiner no estaba tan contento, del todo embargo no diría nada para no lastimar los sentimientos de Gabi, y para que esta a su vez no revele su secreto, de dejó llevar cual cometa por brisa veraniega, los chicos saltaban emocionados sabiendo que comerían pizza gratis. Abordaron el autobús mientras los menores discutían si la pizza debía llevar piña o no. Apenas con el rabillo del ojo Braun logró ver una muy amena cercanía entre la niña de sus ojos y el chico con nombre de pájaro, aquello le revolvió hasta la conciencia. Rápidamente se apresuró para interponerse entre ambos. Según él, ella era muy pequeña como para andar pensando en novios.
Y cuando llegaron al restaurante de las dichosas pizzas, los chicos rápidamente empezaron a dar saltos por doquier, Reiner temía que por alguna u otra razón llegasen a dañar cosas; cosas que luego tendría que pagar con creces o lavando la loza ꟷsi es que allí utilizabanꟷ
Esos niños eran como una manda de perros salvajes, o al menos así lo veía Braun.
—Estense quietos de una buena vez...—regañó el rubio llegando a mostrador—. Por favor, deme una....
—¡Tes pizzas familiares de pepperoni, chorizo y doble queso! —exclamó Gabi dando saltos frente al dependiente—. Mi primo paga hoy...—dijo regalándole un guiño al cajero.
Adiós dinero...
Después de unos minutos en los que Udo se dedicó a hacer grullas de papel con los manteles desechables y Reiner moría iracundo por dentro al ver como Falco intentaba cortejar a su prima, tenia tantas ganas de lanzarse y separarlos. Y la pizza llegó y con ello una pequeña batalla campal, los chicos peleaban entre sí como una jauría de hienas hambrientas, mientras que Reiner apenas si podía conseguir algo para sí mismo.
Se llevó una mano a la cabeza con notable frustración, definitivamente, estaba arruinado de todas las maneras posibles, había gastado su pago de la semana en pizza, y la peor parte era que no había podido comprarle algún presente a su bombón de caramelo. Bertholdt. En el camino de regreso a casa, contaba las pocas monedas que le quedaban, viajaba junto a Gabi en el autobús, suavemente le pasó el brazo por sobre los hombros y dejó escapar un suspiro.
—Esta es la primera y última pizza que les compro...
Como dije antes, esto ha sido todo un reto, creí que sería algo sencillo, pero me he dado cuenta que la comedia no es lo mío.
Solo me queda agradecer su cariño, comprensión y ternura para con este proyecto.
Perdone los horrores ortográficos. ❤
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